domingo, 30 de noviembre de 2008

La Doma de caballos.

La Doma Natural:

Para muchos consiste en domar a un potro sin emplear la violencia física, es frecuente oír la frase “yo nunca les pego”, pero a la vez vemos caballos que son sometidos por sus domadores a un gran estrés durante su adiestramiento o que están viviendo en unas condiciones muy poco naturales.La Doma Natural debemos entenderla como un concepto amplio que nos obliga a realizar un esfuerzo intelectual para intentar comprender a los caballos, debemos ser nosotros los que nos adaptemos a sus pautas de comportamiento y a sus necesidades y no a la inversa como se pretende habitualmente.No debemos ver la Doma Natural como un sistema más o menos novedoso para domar caballos, quien se enfrenta a otros sistemas que podemos considerar más tradicionales. Ni mucho menos. La Doma Natural no es un sistema, pues cada domador tiene el suyo propio. La Doma Natural es una postura, si se quiere una filosofía sobre como queremos que sea nuestra relación con los caballos. Todos aspiramos a tener una buena relación con nuestros caballos, una relación basada en la confianza mutua en vez de en el miedo, que quieran estar junto a nosotros, que se les note alegres y relajados.






Algunos aspectos fundamentales del comportamiento del caballo son la concepción que tienen del espacio que les rodea. Para el caballo hay dos espacios muy diferenciados, uno amplio, que podríamos llamar de seguridad, donde no permitirá que entre ninguna posible amenaza, y otro personal, muy importante dentro del grupo pues el caballo sólo permitirá a sus amigos que entren dentro de éste último. Por lo tanto nosotros debemos superar una primera barrera que nos separa del caballo que es su miedo instintivo al hombre como depredador. Si lo conseguimos podremos acercarnos al caballo y entrar dentro de su espacio de seguridad, él no huirá pues estará acostumbrado a nuestra presencia y dejará de vernos como una amenaza. Pero la segunda barrera es más difícil de franquear, pues el caballo debe no sólo aceptarnos, sino considerarnos como a un amigo, si no nos acepta como tal no permitirá que entremos en su espacio personal ni por tanto que lo toquemos.




En la imagen podemos apreciar un caballo de pura raza español:

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